Soy maestra , y lo digo con orgullo. Desde siempre he querido serlo. Argumentaba que me gustaba porque siempre estaría estudiando, que me encanta, y tendría más vacaciones que los demás, así disfrutaría de mis futuros hijos.
A mis veintiun años tuve mi primer destino, en Leganés. Accedí al Cuerpo de Maestros sin oposición , gracias a al Plan del 67 que se accedía por las notas obtenidas en la carrera, si eras del diez por ciento de los matriculados . Yo ocupé el puesto catorce de los diecisiete que entrabamos ese año. Entonces no eran los estudios mixtos. Había por un lado escuelas femeninas y escuelas masculinas. Yo estudié en una preciosa , por la glorieta de Embajadores. Ahora no existe, la han demolido. Tenía unos jardines preciosos que invitaban a soñar, y a pasear, amén de repasar los últimos exámenes.
En mi primer destino creía que todos mis esfuerzos se dilapidaban , porque me tocó una clase muy dificil de crios de ocho años, pero muy complicados para mí. Era la peor clase de todo el colegio. Todos los días llegaba tronchada a casa... ; me tendía en el sofá y temblorosa hasta el día siguiente. El martes ya tenía la garganta deshecha de tanto gritar. Además tenía una niña con síndrome Dauwm (no sé inglés) , muy rebelde que tenía a la clase en jaque; y un niño superdotado que se aburría , que tambien era de aupa, amén de dos niños mellizos de la piel del diablo, que entre todos , no dejaban títere con cabeza. En mitad del curso me cambiaron de clase, al peligrar mi salud psiquica. Eso fué mi salvación , recuperé mi autoestima. Se puso en mi lugar una maestra que llevaba trece años en la profesión, reconociendo que nunca había tenido un curso tan malo. Eso me tranquilizó, ya no era yo, objetivamente lo reconocían .
Después me decanté por la educación fisica y por ello pude pedir un instituto cuando comenzó la E.S.O. ya que daba a séptimo y octavo de primaria, que luego pasaron a ser primero y segundo de la Enseñanza secundaria. Estuve unos cuantos años dando clases, pero mi enfermedad ya no me dejaba. Entonces me destinaron a la biblioteca gracias al equipo directivo , y desde entonces feliz, a mis anchas, en mi biblioteca querida , que cuido como si fuera algo mio.
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