Después de dos años de conocernos y uno y medio de habernos casado por la Iglesia, mi marido decide separarse de mí a partir de este fin de semana. Soy consciente de que no puede alegar nada. Soy una buena mujer que me he portado muy bien con él, pero es muy caprichoso y siempre hay que bailarle el agua, amén de ser posesivo e intransigente.
Tendría yo más motivos para dejarle pero le quiero y soy féliz con él. Se ha portado muy bien conmigo y aunque tiene esas manias, reconozco que me ha tratado bien . Por eso me da tanta pena esta separación. Espero rehacerme pronto porque como he dicho a sus hijos, quiero seguir teniendo relaciones con ellos. Esto me animará. Por otro lado, ahora tengo muchos amigos que me apoyarán. ya no me siento sola como antes de conocerle. La pena es que mantengo tan buenos recuerdos de nuestra relación y ahora todo se va al garete. Es una pena. Tengo algo que me corre, que por ahora me anonada. En fin, tengo que superarlo, pues no quiero entrar en depresión, que por otro lado es común en mí, por mi enfermedad. adelante, Pilar, que no se acaba el mundo.
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