jueves, 2 de abril de 2009

MÚSICA PARA RECORDAR

Todos tenemos una o varias canciones que nos traen muy buenos recuerdos. En el foro que yo formo parte se habla de ello. La verdad es que cuando oyes una de esas canciones te sientes distinta, algo te sube por tus sentimientos que te enerva y te hace sentir muy bien. Mis canciones de este tipo son por ejemplo Palomitas de maiz allá por el año 74 que la escuché en el viaje de estudios a Alemania en un baile que organizaron los alemanes para agasajarnos. Otra, fué Penelope que escuché en Aguilas en un baile de verano. Sin embargo, no me acuerdo de lo que escuchaba cuando bailaba con Juan. No me sugiere ninguna en especial. Si me acuerdo las que escuchábamos en el coche de Demis Roussos cuando estaba interna en Las Navas. Es triste que ninguna canción te transporte a tu época de amor. Es que aunque hago el esfuerzo no me viene ninguna ni siquiera las lentas que bailábamos.

miércoles, 1 de abril de 2009

HACE DIECINUEVE AÑOS

Hoy hace diecinueve años que el padre de mis hijas moría a las cinco de la mañana fruto de un infarto agudo de miocardio. Nos quisimos mucho, sobre todo en la época de noviazgo y en los primeros años de nuestro matrimonio. después cada uno seguía su vida y estuvimos a punto de separarnos. En los últimos tiempos íbamos mejor, él era más atento y cariñoso conmigo, aunque con sus hijas, cuando estaba con ellas las quería mucho, jugaba con ellas. No sé que recuerdo guardan de su padre. Nunca me lo han expresado, ni que opinión tenían de él. Fué una pena que se fuera tan pronto, en plena juventud, solo tenía cuarenta años, es lo que más sentí. Yo no estaba cuando murió, estaba de excursión y para localizarme tuvieron que recurrir a la guardia civil, pues era él, el que sabía donde estaba yo. Él se había ido con las niñas al pueblo y con mi familia. Estuvo en la discoteca y se comió un bocadillo. Luego volvió a casa, mi hermana y mi cuñado ya estaban acostados. De repente oyeron a mi marido llamar a la puerta. Nada más abrir, se desplomó y ahí terminó todo. Hicieron lo imposible por reanimarle, pero fué imposible. A las niñas las llevaron en casa de mi tia. El médico solo pudo certificar su muerte. A mí me llamaron a donde estaba. Recogió el recado un compañero. Yo cogí un taxi y me fuí volando para el pueblo. Cuando llegué no me dejaron subir, así que no me atreví después. No le ví en ningún momento. Cuando le ví bajar en el feretro me derrumbé y me tuvo que atender el médico del ataque de ansiedad que me dió. Siempre me acuerdo de mi marido, y no sé que pensar del cambio que dió respecto a nuestra relación. Fué extraña. Pienso que fruto de nuestra incompatibilidad cultural.