DÍA DE LA MADRE

Estoy contenta porque este año después de algún tiempo he conseguido reunir a mis hijas en casa. Ya tengo preparado el menú, una fondué de carne con el aparato que me regaló mi yerno en unos Reyes. Es bastante bueno y casi nunca lo utilizo, solo en ocasiones especiales como ésta. Antes tomaremos unos entrantes y de postre una macedonia de frutas.
Esto que escribo parece banal, pero para mí es muy importante la familia, y está también mi madre, la principal que debe gozar cada momento de su vida y nosotros hacérsela gozar; no consentíria que nadie empañara su felicidad, aunque yo reconozco que soy la primera que lo hago por mi impaciencia y mis malas formas a veces; luego me arrepiento pero eso no quita que le haga pasar por malos momentos.

Para mí, mi madre es lo más importante que tengo, ella me ha parido, me ha educado, junto con mi padre, pero él no puede seguir dándome consejos, ella sin embargo, si, aunque me da pena reconocerlo, a veces, no los sigo. Ella ha dado su vida por nosotras, aunque mi hermana murió muy joven, pero sigue dándola por mí.

LOS HIJOS

Voy a invertir los términos, no voy a loar la labor de los padres, este es el momento de alabar a los hijos: Gracias a ellos, nosotros somos padres y podemos ejercer como tales. Nuestros hijos son como les hemos permitido que fueran; si no les hemos controlado serán personas conflictivas e inadaptadas. Debemos mantener un clima de diálogo y comprensión contínua para que no se nos vayan de las manos, debemos darles lo que necesiten pero con esfuerzo por su parte; debemos darle libertad pero responsable y una independencia algo vigilada hasta que comprendamos que se van a solucionar sus problemas. Hay un correo electrónico que circula por la red que se titula mala madre; estoy con ello, si fuéramos así no dudaría que cumpliríamos bien nuestra misión y nuestros hijos serían modelo del buen hacer y unos buenos hijos de los que cualquier padre se sentiría orgulloso.

GUSTO POR LA LECTURA

No comprendo a las personas que no les gusta los libros, que no les gusta leer, sobre todo los chavales que vienen a la biblioteca que está llena de libros, no les entra la curiosidad de hojear alguna y ponen como pretexto que no les gusta; prefieren pasarse la hora sin hacer nada, mirando al techo o durmiéndose. Si supieran que el tiempo no se puede recuperar, que a lo largo de los años suponen muchas horas inservibles que incluso pueden arrepentirse de ello: ¡Ay si yo hubiera estudiado más!, ahora hubiera tenido mejor empleo o incluso no estaria en el paro o encontraría mejor mi empleo soñado, incluso alguno. Cuántos se lamentan y aunque nunca es tarde, el tiempo no pasa en balde y puede llegar un momento que incluso si llega a ser tarde y no se puede recuperar el tiempo perdido porque ya supone mucho. Decía un dicho: " De que te sirve tener reloj si pierdes el tiempo".

DESPEDIRME DE LOS RECUERDOS

El viernes estuvimos empacando todos los enseres de mi antigua casa de la calle Los Yébenes, aquella en la que he vivido veinticinco años, donde he visto crecer a mis hijas y de la que me fuí dejándolas ya totalmente independientes para yo seguir mi vida al lado de otro hombre y ocupar mi propia casa, ya que ésta es de mis hijas. Yo solo me quedé con unas cuantas cosas, lo demás se lo repartieron sin ningún problema entre las tres. Me encanta que ellas cogieran las cosas, así se llevarán un trocito cada una de mis recuerdos. La verdad es que creía que me iba a dar más pena, pero ya llevo muchos años fuera de la casa y el tiempo lo cura todo. También estuvo mi nieta y era una delicia como ayudaba; daba las cosas a sus tias y a su madre y así se divertía. Lo más emotivo es cuando me venía y ella me decía sentadita en la escalera: Abuela Pilar quédate conmigo". Es un trocito de cielo. Nunca sabrás lo que se siente hasta que no tengas una nieta o nieto propio, aunque estés rodeado de niños.

ROBOS EN EL AUTOBÚS

Cuando iba en el autobús se subió una señora y dos individuos con ella. Al llegar a la zona del centro ella dijo que quería sentarse y uno de ellos se adelantó y se sentó él, el otro empujó a la señora. En la siguiente parada se bajaron los dos y ella enseguida se dió cuenta que le habían quitado el monedero. La pobrecilla llevaba todo el dinero de la compra y todo su disponible, algo más de setenta euros. No paraba de lamentarse, encima iba al médico y no pudo bajarse; de todas formas que iba a hacer ella. A la vuelta estaba ella otra vez, contándolo a las personas. Que casualidad venía un señor que lños había visto por la mañana en el parque y los había oido maquinando el golpe, hablando exactamente como habían maniobrado. Tú te haces el cojo, había dicho el más corpulento al otro y yo empujo a la persona que decidamos. Desde luego ha sido un Martes y trece muy significativo para esta pobre mujer.

RECORRÍ LOS CAMPOS

Ahora en las vacaciones he estado en el pueblo. Me levantaba temprano y me cundía el día. Cada mañana, lo primero que hacía era ir a cada sitio que había recorrido con mi abuelo. Estaba igual, pero los arroyos bajaban con mucho agua a causa de las lluvias del invierno. También es verdad que los caminos estaban más arreglados pues por donde antes pasaban caballerias, ahora pasan coches. Hay invernaderos donde antes había pequeños huertos y ahora hay plantaciones de flores. Me he llevado una decepción con un puente que antes me parecía grande y ahora por el contrario es una birria de pequeño que es. Será por mi altura de niña que era. De todas formas ha sido muy interesante la experiencia vivida.