viernes, 21 de noviembre de 2008
Ni contigo ni sin tí
Es lo que nos pasa a mi madre y a mí. Nos queremos como no hay dos, pero siempre estamos discutiendo por una cosa o por otra. Yo digo que somos incompatibles, de caracteres iguales como que tenemos los mismos genes, aunque yo tengo mucho de mi padre. Era su ojito derecho y mi hermana era el ojito derecho de mi madre. Se llevaban de maravilla, uña y carne; pero se murió y la dejó muy sola. Si me hubiera muerto yo, otro gallo cantaría, pero Dios quiso que fuera ella, inexplicable destino, se llevó a mi padre y me dejó a mí. Aunque no lo comprenda yo lo asumo, obra perfecta de Dios que no podemos replicar .
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