viernes, 28 de noviembre de 2008

Haré feliz a mi madre

Es mi máximo empeño. Voy a hacerla la mujer más feliz del mundo el tiempo que esté entre nosotros. Se lo merece. Ella me cuidaba cuando era pequeña, se desvelaba en las noches de insomnio que yo sufría dolor como aquella noche que me acuciaba una fuerte otitis o cuando sufrí de hepatitis, o cuando cuidaba de mis hijas; y en los momentos que pasaba para darme de comer que no quería. es una gran madre, la mejor del mundo aunque tiene su carácter que para colmo es igual al mío, por eso nos encontramos pero no va a volver a pasar. Se tiene que mantener como ahora está, contenta e ilusionada, porque come y no le abate la depresión. Se siente querida y arropada por nosotros y así estará todos los días de su vida.

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