jueves, 29 de octubre de 2009
MI GATA
Voy a tener una gatita que en realidad es un regalo para mi madre pero lo mantengo en secreto, hasta el momento de dársela. La tendré en mi habitación pues mi hija pequeña es alérgica a los gatos, pero vamos las ganas de tener un animal y en especial un gato, me hace salvar todos los obstáculos. A mí siempre me han gustado las mascotas. He tenido pollos, que luego se han hecho gallos; patitos, tortugas, perros, hamster, pajaritos; últimamente tenía un canario que se lo he dejado a mi marido que canta como los propios ángeles; gatitos, por supuesto, toda una familia, sin olvidarme de la lora, ni del pastor alemán que compré con seis meses y como no le sabia educar le tuve que devolver. Adopté también uno que tuvo que ser sacrificado porque tenía una terrible enfermedad, la más peligrosa para ellos. Tampoco me puedo olvidar de una perra preciosa, mezcla de hasky y perro mastín, enorme, de color canela, preciosa que la tuve que regalar a un amigo que tenía una finca. ¡Ah! se me olvidaba también tuvimos una coneja blanca que se comía todos los cables de la luz y la tuvimos que dar a una señora del pueblo que luego nos dió un hijito porque se convirtió en una gran coneja criadora. He tenido también un sapito que daba gusto verle comer las moscas e insectos que le dábamos, con esa lengua tan larga que sacaba tan deprisa. También he tenido oportunidad de que una perra caniche criara y tuviera dos hijitos pero con tan mala suerte que en el momento del parto no estábamos allí y se murieron los dos. Cuando llegamos los encontramos en medio de la cocina, muertos. Su madre se murió poco después con ataques epilépticos. Era negra.
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