martes, 24 de noviembre de 2009

RELACIONES EXCELENTES

Mi marido me llamó diciéndome que venía a vivir a mi casa. Me dijo que así podría ayudarme con mi madre. Es lo máximo a lo que podía aspirar. En realidad es lo que yo esperaba de él. A su hija se lo debo agradecer pues ella fue la que le convenció. Ahora vivimos en paz y armonia los tres. Mi madre está acompañada y yo puedo agradecer a mi marido que esté junto a mí y mi madre. Nos respetamos y aunque yo tengo roces a veces con mi madre, procuro enmendarme porque se que mi madre no puede hacer otra cosa. Quiero hacerla feliz estos años, que sean los años más felices de su vida y lo conseguiré porque me lo he propuesto. A Dios se lo pido con vehemencia y Él me lo concederá.

No hay comentarios: